Comentario:
El Caballero del Arco Iris nos recuerda que, exactamente como esta tortuga, cargamos con nuestra casa a cualquier lugar donde vamos. No resulta necesario afanarse, no es preciso buscar cobijo en todas y cada una partes. Si bien nos movamos en las profundidades de las aguas sensibles, podemos continuar contentos con nosotros mismos y libres de ataduras.
Es un instante en que estás listo para desamparar todo género de esperanzas que has tenido sobre ti y sobre otra gente, y aceptar la responsabilidad por cualquier ilusión que hayas podido estar llevando. No es preciso hacer solamente que reposar en la totalidad de lo que eres ahora. Si deseos, esperanzas y sueños se están disolviendo, tanto mejor. Su desaparición abraza espacio a fin de que se genere una nueva cualidad de quietud y aceptación de lo que es, y vas a ser capaz de dar la bienvenida a ese desarrollo de una manera que jamás fuiste capaz de hacer ya antes. Degusta esta cualidad de ir más despacio, de llegar a reposar y reconocer que ya estás en casa.
La meditación es el único camino que deja eludir el decrecimiento personal. Cuando observamos el camino del Zen en el Budismo vemos que es la medicina para enfrentar cualquier enfrentamiento interno. El pensar con uno mismo es conocerse, es comunicarse, es comprenderse, muy esencial para la aceptación de cualquier inconveniente que podamos estar atravesando.
Cuando observamos esta carta de Tarot de Osho, Poco a poco bajando, vemos que aparece como primordial figura a una tortuga muy grande, de realmente bonitos colores. Esto prueba que pese a ser un animal que esta representado socialmente como una expresión de la lentitud podemos ver en ella una realmente bonita gama de colores. Esto es pues la tortuga está repleta de vitalidad y energía, y no por ir lento desea decir que no tenga vitalidad, sino todo lo opuesto, tiene mucha sabiduría y se debe a su gran poder de observación.
En las ocasiones que uno pasea sin preocupaciones, que uno se halla paseando, este le ayuda a gozar de todos y cada uno de los sentidos pudiendo de este modo forma localizar un buen equilibrio que deja gozar de los grandes placeres de nuestra vida. Cuando uno pasea uno puede sentarse, y al sentarse puede gozar de la las caricias del viento, este contacto con la naturaleza limpia nuestro ser, es como agua para nuestro interior y es por esta razón que la meditación es el canal que vuelve posible esta limpieza.
Esto prueba la suma importancia que hay en cada uno de ellos de nosotros de conservar esta actitud de pasividad con uno mismo para conseguir este estado de progresivo desarrollo. Si uno sostiene la calma, sostiene la vista centrada, de esta forma existen muchas menos posibilidades de confundirse volviendo considerablemente más productivas nuestras acciones. Esta carta en una tirada de tarot nos recuerda la relevancia de tener esta velocidad con uno mismo, es muy cierto que para poder pasear hay que correr, mas asimismo es realmente cierto que cuando uno corre tiene considerablemente más posibilidades de tropezar que cuando uno pasea.
Esta carta del Tarot de Osho nos recuerda por medio del gran caballero del Arco Iris que por mucho que estemos lejos de nuestro hogar no debemos perder la calma, ante cualquier presencia de agua turbulenta siempre y en toda circunstancia está la posibilidad de sostenerse con uno mismo, de este modo vamos a poder sostener este sentimiento puro de libertad. Es el instante de que te rencuentres contigo, y de que dejes esas tensiones que te distancian de tu bonita personalidad, no es algo anormal el sentirse bien, es solo cuestión de habituarse y sostenerse firme en ese estado de calma.