En un instante dado estaba ahí y al instante siguiente se ha ido. En un instante estamos acá y al siguiente instante nos hemos ido. Y para este simple instante cuánto alboroto: tanta violencia, ambición, lucha, enfrentamiento, ira, odio… ¡Y todo por este pequeño momento! Aguardamos sencillamente a que llegue el tren en la sala de espera de una estación y creamos mucho alboroto: combatimos, nos hacemos daño unos a otros, tratamos de tener, tratamos de dirigir, tratamos de dominar: todo es política. Y entonces llega el tren y te habrás ido por siempre Comentario:
La figura de esta carta está absolutamente cubierta con una armadura. Únicamente es perceptible su mirada de ira y el blanco de sus nudillos en sus apretados puños. Si observas la armadura un tanto más de cerca, puedes ver que está cubierta de botones, listos para detonar si alguien se aproxima demasiado a ellos. En el fondo, en la sombra, vemos una película que pasa por la psique de este hombre: 2 figuras combatiendo por un castillo.
Un carácter explosivo o bien una furia ardiente con frecuencia esconden un sentimiento
profundo de dolor. Consideramos que de esta manera atemorizamos a la gente y la distanciamos, podemos eludir el ser heridos aún más. Realmente sucede sencillamente lo opuesto: al cubrir nuestras heridas con una armadura impedimos que se curen. Al flagelar a otros nos impide percibir el amor y el cuidado que precisamos.
Si esta descripción semeja que se refiere a ti, es el instante de parar de pelear. Hay tanto amor a tu alcance, si solo lo dejas entrar. Comienza por disculparte a ti mismo: te lo mereces.
Esta es una carta que meridianamente representa el enfrentamiento en nuestras vidas. La palabra lucha está relacionada con un intercambio de fuertes emociones con un fin de imposición, en toda riña cualquiera de las partes busca imponerse, busca posicionarse sobre el otro individuo. Cuando observamos genéricamente nuestras sociedades podemos ver que, en ellas, términos como violencia, enfrentamientos, ambición no son para nada extraños, sino son de algo corriente en nuestras rutinas al día.
Esta carta, de exactamente la misma forma que todas y cada una en el Tarot de Osho en el camino del Budismo, busca dejar una reflexión, un aprendizaje, y del mismo modo que el viento, todo en nuestras vidas es pasajero. De exactamente la misma forma que muchas cosas ya no están más en nuestro presente, nuestra vida tiene un tiempo límite, y es por esta simple realidad de nuestra naturaleza que debemos aprovechar nuestra estancia al límite. Procuremos escapar de las actividades violentas que solo sirven para permitir una nutrición irrefrenable de malas emociones, de malos pensamientos. No todo en nuestras vidas se trata sobre la competencia, para ganarle a la violencia hay que ser diferentes a ella, entonces no vale de nada abonar con exactamente la misma moneda a aquellos que solo procuran la destrucción.
Si observamos pausadamente la imagen de esta carta de Tarot podemos querer el dibujo de un guerrero, un guerrero que se halla en un estado de guerra, armado con su fuerte armadura en la mitad de fuertes y grises tormentas. observamos que los ojos se hallan colorados, totalmente enfurecidos. Es una clara imagen que no prueba color más que el de la furia, que el de la destrucción.
Si te sale esta carta en tu tirada de Tarot de Osho es por el hecho de que meridianamente estás enmarañado en este mar violento de luchas, es un fuerte llamado de atención y reflexión que ovaciona por tu bienestar. Es el instante de que dejes ese ritmo de vida vicioso, que abandones esa actitud tensa y destructora que solo sirve para nutrir instantes contraproducentes, no te afirma que te escapes, te afirma que encares las situaciones con otras armas, sé transparente como el viento a fin de que los ataques de ira no contaminen tu interior.
Es instante de que bajes los nudillos, de que liberes verdaderamente toda esa tensión amontonada mas no en forma de ataque, no en forma de destrucción, encuéntrate a ti, anímate a entrar en el camino de la meditación, y consigue sentir la libertad que da la paz que se halla en uno mismo.
Es instante de que bajes los nudillos, de que liberes verdaderamente toda esa tensión amontonada mas no en forma de ataque, no en forma de destrucción, encuéntrate a ti, anímate a entrar en el camino de la meditación, y consigue sentir la libertad que da la paz que se halla en uno mismo.