Comentario:
Hay temporadas en las que solamente se puede hacer es aguardar. Se ha plantado la semilla, el bebé está medrando en el vientre, la ostra cubre el grano de arena y lo va transfor-
mando en una perla. Esta carta nos recuerda que este es un instante en el que todo cuanto se requiere es estar sencillamente alarma, paciente, aguardando. La mujer que aparece está exactamente en esta actitud. Ella está aguardando, sencillamente, satisfecha, sin traza de ansiedad. Ella prosigue en estado de paciencia mediante todas y cada una de las fases de la luna que pasan sobre su cabeza, tan en armonía con los ritmos de la luna, que prácticamente se ha transformado en una con ellos. Sabe que es una temporada para continuar pasiva, para dejar que la naturaleza prosiga su curso. No obstante, no está aletargada ni indiferente; sabe que es la temporada de estar preparada para algo trascendente. Es una temporada llena de misterios, como las horas ya antes del amanecer. Es una temporada en la que solamente se puede hacer es aguardar.
Cuando observamos a la humanidad podemos ver que el término “paciencia” es una cosa que se ha ido perdiendo con el tiempo, prácticamente ha quedado en el olvido de la enorme mayoría de nosotros puesto que la incesante aceleración ha conseguido esta forma impertinente de actuar en nuestras vidas rutinarias. Y esto es cosa que ha conseguido separarnos de un tesoro esencial que es el de ser capaz de actuar en el instante más apropiado, esta forma incorrecta de manejar el tiempo es lo que en la actualidad nos hace localizar grandes desilusiones y arrepentimientos.
Si vemos en la naturaleza vamos a poder estimar que todo tiene un tiempo, cada especie tanto animal como vegetal espera siempre y en todo momento el instante apropiado para dar el paso y sostener a la especie, solo el hombre actúa y daña estos ciclos vitales, en tanto que si de ellos solo dependiese podrían medrar y persistir en el tiempo.
Viendo estas especies, que aún se encuentran desnudas vemos la belleza de la vida, vemos la precisión, y por mucho que no tienen el gran poder de la psique como lo tenemos , consiguen actuar en los instantes que deben hacerlo.
Si vemos la figura de la carta Paciencia, del Tarot de Osho, podemos ver la imagen de una madre, una madre que se halla bajo todos y cada uno de los cambios lunares, meridianamente se puede ver representado en su máximo esplendor el término de ciclo. Y este es el término que aferra la carta de Osho, para conseguir expandir la paciencia se precisa un ciclo, un ciclo de espera, de análisis, de aceptación y conclusión para conseguir actuar de forma eficiente y sin dar sitio a ninguna clase de arrepentimientos.
Se puede ver en la carta que asimismo se halla representada la flora, una flora que tiene el color amarillo, el color de la maduración, puesto que la flora sabe cuando tirar sus hojas, sabe cuando debe florecer. Este gran aspecto que prueba la sabiduría de la naturaleza para el equilibrio de la existencia es lo que se refleja para nosotros, en la naturaleza se hallan pistas que pueden asistir a conocernos.
Si te sale esta carta en tu tirada de tarot es por el hecho de que es tiempo de que adquieras ese grado de paciencia precisa para actuar apropiadamente, debes detener esa ansiedad que solo ha perjudicado tus elecciones, como una planta, que un árbol, espera el tiempo preciso para seleccionar y dar forma a tus acciones.